Mi opinión tras un año estudiando en la U-Tad.
Empecé a formarme en las tecnologías de realidad virtual y aumentada hace un año en la U-Tad (los enlazo porque están bien, no hay patrocinio ni beneficio aquí). Lo hice porque me parecía un campo que, de cara a desarrollar contenidos audiovisuales (mi área de trabajo) tenía posibilidades muy interesantes.
La primera vez que probé unas Oculus Quest 2, la semana antes de empezar el curso, me sorprendió mucho la sensación de inmersión, pero no me pareció el gran cambio que se venía anunciando. Los menús básicos estaban bien, girabas la cabeza y la sensación de perspectiva era sobresaliente, y los mandos respondían en tiempo real. Pero nada destacable más allá del logro técnico. Eso sí, el concepto MOLABA.
Quizá no parezca la mayor motivación inicial para meterse en una intensa formación de un año, con programación y un montón de nuevos softwares, pero la última innovación en edición era el DaVinci, y ya lo había aprendido durante la pandemia. Así que este parecía el paso lógico.
Un mes después, habiendo hecho mis primeras prácticas con el software Unity e investigando el mundo de las aplicaciones disponibles en Sidequest, instalé un videojuego, Ancient Dungeon. Y ahí es cuando me convertí. Supongo que a cada converso se le aparece un santo en el momento adecuado, y mi santo fue este:
Ancient Dungeon VR no es un juego de una calidad gráfica notable, su gracia se basa en el aspecto retro y pixelado de toda la experiencia, pero es muy ágil y fluído. Entré en ese calabozo antiguo del título y todo cambió. Ahí estaba en el salón de mi casa a las 3 de la mañana, mientras mi pareja dormía, aún con el confinamiento muy presente. Y a la vez ahí estaba en el interior de una cueva, blandiendo una espada, girando esquinas con prudencia, cayendo por algún agujero y muriendo de vez en cuando. Exploraba un espacio que, de repente, era muy real.
Quizá viendo el vídeo de estética tan pixelada parezca raro hablar de realismo. Pero la sensación de inmersión, gracias al nivel técnico en el que estamos ya, es enorme. Golpeas con tu espada, corres, exploras… y todo en tiempo real.
Al día siguiente, trabajando, no podía dejar de pensar en la sensación de caminar por ese calabozo. En las ganas que tenía de volver a entrar ahí. Así que nada más acabar la jornada hice lo lógico: desinstalé Ancient Dungeon. Y decidí centrarme en las clases de la U-Tad. Sabía que si me enganchaba a otro juego, el curso se iba a quedar criando malvas.
A veces aún pienso en esa cueva pixelada, y en esa enorme espada con la que me abría camino, y en los personajes que me iba encontrando. He conseguido no engancharme a ningún juego desde el Arkham City, y quería mantener la racha.
Como el tema está tan de moda, he empezado a seguir a unas cuantas personas en linked in y medium, tratando de escuchar para hacerme una idea de por dónde va a ir todo esto. Y los últimos meses he llegado a unas cuantas creencias (susceptibles de evolucionar, espero):
-Las experiencias de realidad aumentada y virtual abren nuevos mundos, aunque sea a través de unas pantallas pequeñitas con mucha definición, pero lo hacen en nuestras mentes, que es lo que realmente importa. Esto parece un discurso de vendemotos, pero creo que cualquiera que se haya pasado un rato con las gafas y haya tenido una experiencia afín a sus intereses me dará la razón. Hay mucho petróleo que sacar ahí.
–Nadie te puede explicar aún lo que es el Metaverso. Sí te pueden explicar lo que es el Metaverso según Facebook*, y hasta eso está en constante cambio, porque la empresa no parece tenerlo muy claro. ¿Un universo virtual persistente? Sí, pero… ¿para qué? ¿Ocio, trabajo, bombardearme con anuncios…? ¿Todo eso y más?
–Se puede aprender la parte tecnológica: Unity, Unreal, otros softwares de desarrollo, las diferentes gafas, Oculus, Steam… y las diferencias entre Realidad Aumentada, Extendida y Virtual. Algo que me parece imprescindible para entender qué se puede hacer y qué no. De esto sí te pueden hablar en profundidad y hay mucha gente interesante que seguir. Youtube tiene una importante comunidad de creadores.
–No hay secretos que desentrañar, porque aún estamos en medio de la construcción del misterio. Los cambios a menudo son lentos y subterráneos, escapando al análisis de los expertos. Los cambios gordos de verdad nos pillan por sorpresa. Youtube, por ejemplo, ha afectado a toda la industria de consumo audiovisual en los últimos… ¿diez años?, siendo una plataforma que nació en 2007. ¿Lo imaginaban al principio? Ni de coña. Los móviles eran mejores cuanto más pequeños, y de repente apareció el Iphone. Creo que hay que huir de tanta charla sobre el metaverso y dedicarse a construírlo.
–Aún falta esa gran aplicación para dominarlos a todos, ese gran entorno que haga que todo el mundo quiera estar en el Metaverso. Facebook quiere ser el pionero, pero siempre con el negocio y los beneficios como puntos de partida. Y eso es una pena, porque seguro que lo hace menos atractivo. El Facebook original creció porque era un espacio limpio en el que encontrar a tus amigos y compartir (aunque estuvieran recolectando tus datos personales al fondo). Una aplicación supondrá el Big Bang de este nuevo universo persistente, pero está por aparecer. Por ahora solo tenemos multitud de experiencias aisladas de Realidad Virtual. (¿Os he dicho ya lo bueno que me parece Ancient Dungeon?)
Qué me gustaría : un Ready Player One. Si la has visto, sabes a lo que me refiero: un espacio libre, de todos, que no perteneciera a una sola empresa. Las marcas deberían esperar, y tratar de entrar en ese «Metaverso» una vez esté establecido. No tengáis prisa. No tengamos prisa. Una cosa es probar la Realidad Virtual y Aumentada, experiencias para esos nuevos gadgets. Pero dejemos al Metaverso nacer en paz. La perspectiva mercantilista debería esperar. Si Youtube hubiera empezado con los anunciantes, no lo usaría nadie. Pero se llenó de contenido por y para los usuarios antes de que te colaran el primer banner.
Mi esperanza se basa en algunas de las personas que he conocido en la U-Tad, gente apasionada del tema, gente trabajando en diferentes áreas que ha sacado tiempo extra para formarse en todo esto. Gente con la que te juntas por Discord en vacaciones a las 7 de la tarde para hacer un filtro de Realidad Aumentada para móviles, porque nos apasiona el tema (y sacar buena nota).
La construcción del futuro Metaverso, con un poco de suerte, estará en mano de soñadores. Quizá esto suene sentimentaloide. Pero es que estos soñadores serán capaces de escribir código. Será cuestión de talento frente al teclado, y no de poderío económico. Así que respeto.
¿Y respecto a mis habilidades? Pues hasta ahora he hecho un juego en el que ordenas las películas de Indiana Jones de mejor a peor, un laberinto de pruebas de ortografía y una aplicación de móvil que te permite poner el Batmóvil en el suelo y ver información sobre el coche. No creo que ninguna de ellas sea el germen del Metaverso, pero empiezo a cogerle el truco a la parte técnica.
Para terminar: No sé el estado de desarrollo de Ancient Dungeon, puede que ya lo hayan publicado, pero creo que si le añadiesen la posibilidad de encontrarte otros usuarios explorando las cuevas, aquello podía convertirse en un nuevo World of Warcraft. ¿Me pasaría horas allí? Probablemente**.
*Hablo de Facebook y no de Meta, claro. Vamos hombre, no vayamos de modernos. Lo vamos a seguir llamando Facebook en la intimidad, aunque para las charlas serias y los textos vistosos usemos el nombre oficial.
**Voy a ser padre, así que quizá el tiempo que pasaría en Ancient Dungeon sería algo menor.